Superposición del sitio

Horas, minutos y segundos

No siempre hay espacio o interés para las reflexiones sobre el paso del tiempo.

Tenemos un problema de conciencia y la incapacidad permanente de sentir cómo se pasa el tiempo.

Llevamos la pérdida del tiempo cosida en los bolsillos como una parte innata de cada uno de nuestros pasos. Y, aún así, no somos conscientes de ello.

Permanecemos donde no queremos estar y escapamos de donde somos estando. A veces ni siquiera nos damos cuenta de ello y simplemente lo dejamos pasar, como si nos sobraran los días. Y desperdiciamos los momentos.

Hablamos de momentos como algo que puede pasar en un segundo pero no apreciamos el valor de lo que supone esa milésima en nuestro camino.

Pestañeamos una media de 20 veces por minuto y, en cada uno de esos leves movimientos, la mayor parte de las ocasiones, se nos escapa lo que realmente queremos mirar. Nos perdemos en pantallas y en espejos pero nos cuesta encontrarnos sosteniendo la mirada de quien nos habla.

Pensamos en recuperar el tiempo perdido como si fuéramos superhéroes que pudieran jugar con las agujas del reloj y dar un paso atrás, o dos. A veces, incluso, nos gustaría volver a inventarnos.

 

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