Os cuento mi experiencia participando en el videoclip «La fuerte soy yo».
Conocí a Abel Álvarez en el año 2019 por esas causalidades que tiene la vida. La música nos unió la pasada primavera cuando él cantaba cada tarde y yo le pedía desde la terraza que siguiera cantando para alentarnos los días. De ahí surgieron conversaciones, ideas en común y propuestas a las que, probablemente, iremos dando forma cuando sea su momento.
En octubre de este incierto 2020 ha visto la luz, #LFSYO, el nuevo single de Abel en el que he tenido la ocasión de participar de una forma muy especial.
Este proyecto surgió a partir de la idea que él tenía de crear un lyrics vídeo para su canción. Cosas del proceso creativo, finalmente, el vídeo acabó tomando otras formas. Así pasó a convertirse en un proyecto en el que conviven ilustraciones e imágenes visuales.
Dice Abel que escribió «La fuerte soy yo», guitarra en mano, debajo de una encina y que es un canto de apoyo a las mujeres que sufren violencia de género.
Para mí, «La fuerte soy yo» representa ese momento en la vida cuando al fin te levantas, miras al horizonte, y comienzas a andar, sin mirar atrás, cogiendo altura y viendo todo mucho más claro: «Solo quiero presumir de que cada paso en mi vida es porque yo lo decidí». De este segundo en la canción nacen los zapatos, tan protagonistas en #LFSO e imagen de la portada. Y a partir de ellos, como siempre ocurre con los zapatos, crece todo un universo creativo que, en este caso, da forma a las notas musicales de la primera parte de la canción y se convierten en elemento estrella de todo el tema.
Para disfrutar de «La Fuerte Soy Yo», os dejo el enlace al vídeo: